Importancia del texto escrito en la comunicación y educación del siglo XXI
- DEYWIS AYURE CASAS
- 8 jun 2016
- 4 Min. de lectura

Desde el principio de la humanidad las personas han sentido la necesidad de expresar sus pensamientos, sentimientos e ideologías. Ello, con el propósito de compartir sus tradiciones y costumbres a lo largo del tiempo y dejar una huella indeleble a través de la historia.
La comunicación, en sus distintas formas de expresión como la escritura, el grafismo, la imagen, el video, el sonido, entre otros, ha sido el principal medio de conexión para conocer la evolución humana. En el año 30 mil (a.c.) las personas se comunicaban a través del arte. Las pinturas rupestres representaban las distintas formas de vida de ese entonces. Muchos años después, apareció el papiro (106 d.c.), la transcripción manuscrita (382 d.c.) y la imprenta (1.450 d.c.); medios que significaron un valioso aporte a la democratización de la información y al inicio de una educación más asequible para las personas.
Posteriormente, se abren las puertas del audiovisual (1910), la información (1960), el computador (1990) y, con ella, los primeros pasos de la era digital e interactiva que, hoy por hoy, está en gran parte del mundo.[1]
Frente a este transitorio contexto de la comunicación y su evolución a través de la historia, vale la pena preguntarse ¿cuál ha sido la importancia que el individuo del siglo XXI le ha dado al texto escrito, como medio de comunicación, en su formación académica y su aplicación con las nuevas tecnologías?
En el campo de la educación, pensadores como Bono y Barrera (2011) afirman que la relación entre el proceso de escritura y el aprendizaje se ha convertido en un objeto de investigación en distintas disciplinas. “Escribir también es una forma de aprender. Así, por ejemplo, en la elaboración de un texto se ponen en práctica procesos cognitivos que le permiten al escritor aprender elementos que utilizará después de revisar objetivos y planes del escrito”. Agregan que “en el acto de la redacción, las personas vuelven a generar o recrean sus propios objetivos a la luz de lo que aprenden. Con lo cual reafirmamos que se aprende a través de la escritura, a través del acto de escribir” [2] .
De este modo, es como el texto escrito siempre ha cobrado gran importancia en la formación académica de los estudiantes. Es un proceso por el cual cada individuo irá desarrollando su competencia comunicativa para llegar a ser un gran profesional. Sin la escritura, es muy difícil consolidar relaciones solidas que permitan adquirir posicionamiento en el entorno social, político, cultural y económico.
Por otro parte, en el ámbito de las nuevas tecnologías, Jesús Martín Barbero (2006) expresa que éstas juegan un papel fundamental en la formación de los estudiantes. “La escuela debe interactuar, no tanto con los medios, debe interactuar a través de ellos con los ‘nuevos campos de la experiencia’ en que hoy se procesan los cambios, es decir, entre las hibridaciones entre ciencia y arte, entre cultura escrita y audiovisual, y la reorganización de los saberes en los flujos y redes por los que hoy se moviliza la información, el trabajo, la creatividad”[3].
El autor indica que “es sólo en la medida en que la escuela y el sistema educativo sean capaces de asumir que la tecnicidad comunicativa –que es una dimensión estratégica de cualquier cultura- forma especialmente hoy parte constitutiva de la estructura cultural de nuestra sociedad, como la escuela va a poder insertarse en la hondura de los cambios que atraviesa nuestro mundo”[4].
Es así, como se podría citar en el caso colombiano al gobierno nacional, quien en el siglo XXI ha creado su programa ‘Vive Digital’. Este ha promovido la creación de más de 800 centros comunitarios de acceso a internet en cabeceras municipales y zonas de estratos 1, 2 y 3[5]. Una estrategia que ha permitido a las personas capacitarse, entrenarse y realizar trámites y servicios desde el lugar donde habitan.
La aplicación de esta estrategia se realiza a través de distintas herramientas web 2.0 como: blogs, wiki[6], videos, presentaciones (SlideShare), marcadores sociales (Delicious, flickr), sindicación de contenidos (podcasting, pathfinders virtuales), foros, chats, redes sociales, entre otros.
Todo esto, no sería útil sin la composición de contenidos textuales, los cuales orientan a los individuos a interactuar y procesar comportamientos de acuerdo a las indicaciones expresadas en los distintos tipos de texto: narrativo, descriptivo, expositivo-explicativo, argumentativo, dialogal, que se encuentran en todos los medios digitales hoy en día.
De esta manera, se puede considerar que la relación entre los individuos, la comunicación, especialmente, a través del texto escrito y las nuevas tecnologías son elementos fundamentales para la educación. Su aplicación depende de la evolución a través de los tiempos. Es importante destacar que para que exista un claro proceso comunicativo, es primordial que haya una correcta relación entre el emisor, el mensaje y el receptor. Así se dará una comunicación eficaz, eficiente y oportuna en cualquier ámbito social, económico, político y cultural.
[1] Línea de tiempo Historia de las TIC en la Educación. Taller Aprendizaje autónomo en la educación a distancia. Universidad EAN. Programa de Lenguas Modernas. Elaboración propia del autor. Recuperado de http://goo.gl/QFa7dL
[2] Barrera, S. y Bono, A. (2011). Hablando de la alfabetización académica, Escribir para aprender mejor en la universidad: prácticas de escritura en contextos pedagógicos. Acción pedagógica. (pág. 33) Universidad de los Andes Venezuela.
[3] Barbero, J.M. (2006). Un modelo a la defensiva. La educación en el ecosistema educativo. (pág. 15). Red Comunicar.
[4] Barbero, J.M. (2006). El estallido de las fronteras. La educación en el ecosistema educativo. (pág. 18). Red Comunicar.
[5] Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Puntos Vive Digital. Recuperado el 7 de junio de 2016 en http://goo.gl/uIGLUR
[6] Son entornos organizados mediante un a estructura hipertextual de páginas que pueden ser visitadas, editadas, y modificadas por cualquier persona. Concepto tomado de Revuelta, F. Pérez, L. (2009). Capitulo III Características de la Web 2.0, Interactividad en los entornos de formación on-line. (pp. 93). Editorial UOC.
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